La ecografía abdominal es el estudio de las estructuras abdominales mediante la utilización de ondas de ultrasonidos. Este tipo de ondas se lleva utilizando más de 50 años sin que se hayan descrito efectos secundarios de su uso. Los ultrasonidos se producen aplicando una corriente eléctrica a una pieza cerámica (efecto pizoeléctrico) y gracias a la cantidad de agua que posee el cuerpo humano (alrededor del 75% de nuestro cuerpo es agua) se obtiene la imagen.
De manera general, los médicos que solicitan estas pruebas son los especialistas en Medicina Interna, Digestivo, Urología y Cirugía.
En comparación con otras técnicas
La ecografía abdominal tiene gran utilidad diagnóstica en manos expertas. El menor tamaño del ecógrafo y su movilidad hacen que sea idónea para pacientes ingresados que tienen dificultades para desplazarse hasta Resonancia Magnética o al escáner/TAC.
La ecografía es una prueba en la que no se utilizan radiaciones (rayos x), presenta menos incompatibilidades que otras pruebas y su tiempo de realización es breve. Son especialmente apropiadas en pacientes claustrofóbicos, cuando hay micro roturas fibrilares-musculares, litiasis vesiculares y vesicales, entre otras. Por eso, resulta habitual en muchas ocasiones realizar una ecografía abdominal antes que una Resonancia Magnética o un TAC y se deriva a estas pruebas cuando se necesita completar el estudio diagnóstico.
Las pruebas más realizadas
Las ecografías son imprescindibles hoy en día en el diagnóstico del cáncer de páncreas, de vesícula y vías biliares y de enfermedades hepáticas como son hepatitis, adenomas, pancreatitis, cálculos y colecistitis (ecografía abdominal y hepatobiliar). En estas pruebas se debe hacer un barrido del páncreas, el hígado, la vesícula biliar, los riñones, las glándulas suprarrenales, el bazo, la aorta, la vejiga y la próstata.
Las ecografías son muy frecuentes en el estudio de las afecciones o patologías urológicas como pueden ser los cálculos o piedras en el riñón, los quistes, los tumores y la hipertensión renal (ecografías renovesicales y renovesicoprostáticas) en las que se exploran detenidamente los riñones, las glándulas suprarrenales, la parte visible de los uréteres, la vejiga urinaria y la próstata.
En todas las ecografías abdominales, la calidad de la exploración depende de la experiencia del radiólogo, de la calidad del ecógrafo y también de la colaboración del paciente con la respiración y con el correcto seguimiento de las instrucciones del radiólogo. En ocasiones, se requiere una preparación previa a la prueba por parte del paciente: realizando ayuno, ingiriendo líquidos, etc.